A través de monólogos, canciones, interacción con la pantalla, llamados que le entran en la mitad del show y algunos personajes que aparecen -interpretados por ella misma-, Dalia comparte todo su delirio arriba del escenario.
Habla de la vida acelerada en la que vivimos, del mundo aspiracional, la culpa, la autoestima, la relación con su cuerpo, sus contradicciones, el complejo y apasionado vínculo con su madre y su hija adolescente, su pareja que es colega, la experiencia de ser mujer, el sexo, y esa lista interminable de cosas que quiere hacer.
También nos invita a conocer “GutmannDalia”, un mundo paralelo imposible y negador que ella misma se inventó para no sufrir tanto y ser más feliz. El show finaliza con el musical de una mina común, que quiere disfrutar la vida a pesar de su neurosis.
¿La propuesta del show? Ir al teatro a divertirnos, alivianarnos y pasar una noche única.
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